Sunday, October 14, 2012





Agradezco a Marisel Mayor, directora de la Revista Literaria Baquiana el que haya publicado varios poemas míos en el presente número, así como esta entrevista inédita que hace algún tiempo me hizo la profesora Martha GarcíaPueden leer la revista completa aquí:

www.baquiana.com
ENTREVISTA CON LA POETA CUBANA
BELKIS CUZA MALÉ  

por Martha García


    
Belkis Cuza Malé nació en Guantánamo, Cuba (1942). Poeta, periodista y editora. Realizó estudios de literatura en la Universidad de Oriente y luego en la Universidad de La Habana. En 1962, la Universidad de Oriente publicó su primer libro de poemas El viento en la pared. Al año siguiente, quedó finalista del Premio Casa de las Américas con su poemario Tiempos de Sol, editado posteriormente por Ediciones El Puente. En 1964 vuelve a obtener mención en el Premio Casa de las Américas con su poemario Cartas a Ana Frank. Aparte de los libros ya mencionados, ha publicado en poesía: Los alucinados (1963), Las Cuatro Estaciones (2002), Juego de damas (2002), La otra mejilla (2007) y Los poemas de la mujer de Lot (2011). Ha publicado los libros en prosa: Elvis, La tumba sin sosiego o la verdadera historia de Jon Burrows (1994) y En busca de Selena (1997), así como una biografía novelada de Juana Borrero bajo el título El clavel y la rosa (1984). Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés por la traductora Pamela Carmell y publicados por la editorial Unicorn Press en Greensboro, North Carolina (1987). A la par de su labor poética y editorial, ha creado una vigorosa obra pictórica. En 1967 se casó con el célebre poeta cubano Heberto Padilla, junto a quien fue encarcelada en 1971 acusada de “escritura subversiva”, en lo que constituyó el llamado “Caso Padilla”. En 1979 sale de Cuba con su hijo pequeño y un año más tarde se radica en Princeton, New Jersey con su esposo, donde en marzo de 1982, fundan la revista literaria Linden Lane Magazine, la cual continúa hasta nuestros días después de treinta años de ininterrumpida existencia. En 1996 fundó la galería de arte y centro cultural denominado La Casa Azul. En la actualidad vive en Fort Worth, Texas, desde donde escribe artículos y críticas literarias para El Nuevo Herald y otros medios de prensa.

     
“Acercarnos a la obra de Belkis Cuza Malé, es estar convidados al Festín de los Dioses sin que nos hayamos lavado las manos. Es cargar con las espurias soledades de la muchedumbre, intentando tocar las multitudes del yo. Y es que Belkis es ángulo fiero, proceloso mar bajo superficie calma.”

Augusto Lemus
La Peregrina Magazine
“En la mejilla de Belkis Cuza Malé.”
(Invierno de 2009)

“La experiencia poética que expresa la obra que Belkis Cuza Malé hoy nos
entrega ha alcanzado la universalidad de la experiencia que todos compartimos:
la experiencia de la palabra. La experiencia extraordinaria que a todos
nos representa, de la creación poética y la evolución espiritual
mediante la escritura y el conocimiento.”

Elena Tamargo
Linden Lane Magazine
Volumen 30, No. 2
“En Belkis Cuza Malé lo sagrado refuerza lo poético”
(Verano de 2011)


Belkis Cuza Malé proyecta en su poesía su profundo conocimiento teológico, religioso y humanista. Su obra se caracteriza por la fe arraigada en un poder superior, y por ende, el Creador como ente supremo, y el poeta como mensajero de esa fe. Sus poemarios relevan su inteligencia y sensibilidad puestas al servicio del lector. Su compromiso con el pueblo cubano en el exilio es patente en sus poemas. Su vida denota las cicatrices del precio que le ha tocado pagar por ser fiel a su visión de una Cuba libre, sin ataduras ni dobleces políticos. En su poesía prevalece el colorido y el paisaje como elementos artísticos que configuran la musicalidad y el emblema de su lírica.


MG: Belkis, ¿cuál es su principal fuente de inspiración cuando escribe poesía?

BCM: Yo creo que mis emociones, eso que me hace reflexionar sobre todo lo que veo y siento. Porque parto de éstas para expresarme y querer decir algo. Considero que todo está conectado a mí, el universo, lo material, y lo espiritual y que soy parte de Dios. Pues Dios mora también en cada uno de nosotros y es la fuerza motora. Aunque soy libre de pensar y sentir como lo hago.

MG: El color azul -símbolo del intelecto y de la modernidad- prevalece en sus poemas. ¿De qué manera lo utiliza para crear arte?

BCM: El azul es para mí el color del alma. ¿Cómo lo sé? Lo presiento, lo recibo así. De ahí que lo utilice mucho en mis pinturas, y además haya nombrado con ese color a mi galería de arte y centro cultural aquí en Fort Worth, Texas. La Casa Azul, no es un edificio azul, es un sitio que vibra con el azul, con el espíritu de belleza y armonía de la cultura cubana.
     He leído en algunos tratados esotéricos que la gente del medioevo pintaba de azul las puertas principales de su casa para alejar al demonio.

MG: ¿Cómo describiría su poemario -del que ya se ha publicado una segunda edición- titulado Juego de damas?

BCM: Es un libro que revela cómo yo veo el mundo, antes y ahora. Porque soy siempre la misma. No es un libro propiamente feminista, pero lo escribí cuando apenas tenía 24 años y puede calificarse de irreverente para la época. Siempre he sido rebelde y siempre me ha gustado decir lo que pienso. No lo definiría como un libro de juventud, porque eso no existe para mí. Es sencillamente un libro, y al igual que El viento en la pared, mi primer libro de poemas, escrito a los 18 y publicado sin aún haber cumplido los 20, los amo por igual.
  
MG: Como cubana en el exilio, ¿qué papel desempeña la poesía como un instrumento artístico de comunicación masiva?

BCM: No creo que ninguno. Salvo una parte muy contada de los seres humanos, la poesía es incomprendida y despreciada. No se publica casi nada nuevo, y la gente tiende a rechazarla. Quizás porque le falta la música, porque no hay suficiente gente culta o porque la incomunicación poeta/lector es una herida que no cierra nunca. Yo abogo por el regreso de los juglares, aquellos famosos trovadores que iban por ahí en la época medieval cantando sus versos.

MG: Como fundadora de Linden Lane Magazine, una revista que se especializa en el análisis de la obra de escritoras latinoamericanas al igual que norteamericanas, ¿se siente usted comprometida con un público implícito en un momento específico? ¿Por qué?

BCM: Yo creo en ''misiones''. En el destino, en cosas que tenemos que hacer y que quizás nunca lleguemos a saber por qué las hacemos. Un día creé Linden Lane Magazine, y casi dos décadas después, La Casa Azul. ¿Por qué lo hice? Creo que porque también necesito sentirme libre para expresarme, y ni la censura en Cuba, ni los intereses de los medios de comunicación aquí me lo permitían. Así que pensé que estando en mi propia casa nadie podría decirme cómo tengo que decir o hacer las cosas. Y porque vi desde que llegué al exilio que esto era un páramo cultural y que los escritores y artistas no tenían dónde publicar o dar a conocer sus obras, a menos que estuviesen bien conectados. El mundo editorial publica mayormente aquello que va a tener "éxito comercial". Yo lo entiendo, no lo critico, sólo que entonces hay que tocar a otras puertas. Y cuando éstas tampoco se abren, como las editoriales universitarias, u otras de menor alcance pero sofisticadas, pues queda el recurso de publicar uno mismo su libro, de convertirse en editor. Creo que es una gran opción. Y la idea me encanta. Virginia Wolf publicó toda su obra de ese modo, dando vida así a Hogarth Press, que también lanzó a T.S. Elliot y a muchos otros de igual importancia.


MG: De las poetas que he entrevistado, usted es la única que ha tenido que vivir en carne propia la experiencia del “preso político” y sus consecuencias posteriores. ¿Cómo ha influido este hecho en su poesía? ¿Qué ventajas le brinda?

BCM: Bueno, esa experiencia es “única” y no se la deseo a nadie. Pero en realidad no puedo catalogarme de “presa política”. Estuve sí presa, incomunicada en los cuarteles de la Seguridad del Estado durante 3 días, y allí sufrí torturas. Y digo torturas porque además de haber sido despojada de mis derechos como ciudadana a solicitar un abogado defensor, no me permitieron tomar unas píldoras que el doctor me había recetado; se me mantuvo todo el tiempo en un cuarto frío con una luz roja encendida todas las noches. El primer día me dejaron en una pequeña habitación muy fría, sin muebles, por lo que permanecí en el piso todo el tiempo. Yo padezco de claustrofobia, así que podrá imaginarse lo que me pasó cuando me vi encerrada allí. Además, está el miedo a lo desconocido, a que me fuesen a condenar a largos años de prisión y mi vida se redujese a todo eso. 
  
MG: En el comienzo de un nuevo milenio donde la tecnología es parte activa de la vida cotidiana ¿cómo le afecta ésta, o no, al poeta contemporáneo? ¿Qué ventajas le brinda? ¿Con qué obstáculos se enfrenta?

BCM: Hace mucho que la tecnología es parte activa de mi vida. Escribo todo en computadora, vivo en la computadora. Diseño Linden Lane Magazine en la computadora, y tengo muy buenos amigos como resultado de mi vinculación con el mundo a través de la tecnología. Además de la Web Site de La Casa Azul, que diseña la poeta y pintora cubana Karin Aldrey, yo tengo en estos momentos varios blogs, que diseñé y mantengo a diario. Todos relacionados con mi obra, y lo demás que hago.
     Yo diría que la tecnología ha cambiado mi vida y mi mundo intelectual. Incluso leo muchos libros directamente en la computadora. Para mí es la gran solución.

MG: ¿Cómo ve usted el <> poético?

BCM: Yo no conozco más <> poético que mis emociones. Yo vivo la poesía, la creo y la disfruto. Eso es todo.

MG: ¿Cómo percibe y plasma en su poesía el <>?

BCM: No soy muy afín a interpretar nada. Yo creo en cosas que a lo mejor la mayoría no cree. Creo en un Dios bueno, que no castiga, creo en las energías, creo que todo es energía, creo en la vida, en la belleza, en la bondad, en la espiritualidad. Somos un espíritu con un cuerpo. Y eso para mí es poesía.

MG: Después de medio siglo en tierras ajenas, existen varias generaciones de cubanos. ¿Qué consejos o sugerencias le daría a esta nueva generación de poetas en el exilio quienes lo han experimentado de una manera muy distinta a la suya?

BCM: Que sean ellos mismos, que lean todo, pero que también se salgan de la poesía y vivan. Que traten de entender qué es verdaderamente poesía y qué es retórica. Que descubran que la poesía es la sencillez.

Belkis Cuza Malé y Heberto Padilla en La Habana.
  
MG: ¿Qué poetas, sean éstos femeninos o masculinos, han influenciado su obra y de qué manera?

BCM: T.S. Elliot, Heberto Padilla, y todos los que siendo grandes han escrito una línea que me ha conmovido.

MG: ¿Cómo logra crear el espacio femenino en su poesía? ¿Cómo lo define? ¿Cómo lo interpreta?

BCM: Yo no pienso en espacio femenino cuando escribo. Pienso en mí, como mujer, como esposa, como viuda, como amante, como madre, como hija, como hermana, como abuela, como bisabuela (que ya soy). Lucho para que la mujer sea. No para que viva a la sombra de nadie más que de ella misma. Pero pienso que la mujer debe complementarse con su pareja. Es triste estar sola, no importa que no necesitemos a los demás para vivir. Dios nos creó como pareja. Y esa ha sido siempre mi ideal, ser yo y ser parte de alguien más, de alguien que ame. Eso es para mí mantener mi espacio femenino. Lo mismo en la poesía. Escribo desde la mujer que soy, desde las muchas mujeres que hay en mí. Me gusta ser mujer y no entiendo cómo se puede ser hombre.

MG: El lugar del poeta en la sociedad siempre ha sido tema de gran controversia. ¿Cómo define usted el rol que desempeña el poeta en la sociedad actual desde un punto de vista universal, sin fronteras?

BCM: Como un juglar, cantando y contando, sobre él y sobre los demás. Sobre lo vivido y lo soñado. Un mago que puede leer nuestra mente y puede recrear el mundo interior. Un poeta es siempre un alquimista. La sociedad lo necesita más de lo que pueda imaginarse. Un mundo sin poetas es un mundo sin niños.

MG: La Biblia constituye para usted un manual de vida y se palpa en sus poemarios. ¿Qué lugar ocupan y cómo logra usted incorporar estos principios teológicos en su poesía?

BCM: Bueno, si, leo la Biblia y la considero un manual para la vida. Ahí esta todo lo que quiero y necesito saber. Esa es la palabra de Dios. Pero no soy muy “religiosa” ni hay teología en mi poesía. Yo pertenezco al “movimiento de la fe”, es decir, creo que la fe mueve todavía montañas y las seguirá moviendo. Creo en la física cuántica, presente en las parábolas de Jesucristo, en sus milagros.

MG: Si tuviera que elegir una palabra que caracterice su obra poética, ¿cuál sería? ¿Por qué?

BCM: Vital. Porque mi poesía me recrea a mí y a la vida.

MG: ¿Cuál es su publicación más reciente?

BCM: El poemario Los poemas de la mujer de Lot.


MG: ¿Cuál es su próximo proyecto?

BCM: Ando siempre con muchos proyectos entre mano. Pero trabajo principalmente en un libro de poemas, Los Salmos de la Reina de Saba. Tengo varios libros inéditos: el poemario La otra mejilla y tres novelas. Pero además, pinto y hago mi magazine.

Hasta aquí hemos conversado con la poeta.
 

 Martha García nació en La Habana, Cuba (1965). Ha residido desde temprana edad en España, Honduras y los Estados Unidos desde 1989. Realizó estudios superiores en Ciencias y Letras. Se graduó con una Licenciatura en Español en 1997 y obtuvo su Maestría en Literatura Española con especialidad en Literatura Medieval en la Universidad Central de la Florida en Orlando, EE.UU. Posteriormente, se doctoró en Literatura Hispánica Siglo de Oro en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, EE.UU. (2005). En la actualidad es profesora de la Universidad Central de la Florida en Orlando, Florida, EE.UU. Sus reseñas y artículos aparecen en diferentes revistas  académicas, tales como: Círculo  de  Cultura Panamericano - CCP (Verona, New Jersey), South East Latin Americanist - SELA (Orlando, Florida), Bulletin of the Cervantes Society of America (EE.UU.), Theatralia (España) y Hispanic Outlook in Higher Education (Paramus, New Jersey). De igual forma, participa anualmente en una gran variedad de congresos nacionales e internacionales presentando sus ponencias y trabajos de investigación. Es miembro del Consejo de Redacción de la Revista Literaria Baquiana. Ha publicado el libro La función de los personajes femeninos en Don Quijote de la Mancha y su relevancia en la narrativa (Academia del Hispanismo: España, 2008) y la edición escolástica de la obra teatral de Tirso de Molina El condenado por desconfiado (Juan de la Cuesta, Cervantes & Co., Spanish Classics: Newark, Delaware, U.S.A., 2010).
 



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